viernes, 24 de agosto de 2012

Peleando con un enemigo derrotado



Subirá el que abre caminos delante de ellos. Miqueas 7:1-19


En vista de que Jesús ha ido delante de nosotros, las cosas no permanecen como si El nunca hubiese pasado por aquel camino . El conquistó a todos los enemigos que obstruían el camino. Toma ánimo, medroso soldado, Cristo no solo ha recorrido el camino, sino ha matado a tus enemigos. ¿Temes tú al pecado? el lo clavó en la cruz. ¿Temes a la muerte? Jesús la ha destruido ¿Temes al infierno? Cristo ha quitado las posibilidades de que tú llegues allí; nunca verás el golfo de perdición. Todos los enemigos del cristiano están vencidos. Hay leones, pero sus dientes están roto; hay serpientes, pero sus colmillos han sido quitados; hay ríos, pero o tienen puentes o bien son vadeables; hay fuego, pero tenemos un incomparable vestido que nos hace invulnerables. La espada que fue forjada contra nosotros ya está embotada; los instrumentos de guerra que el enemigo está preparando, ya perdieron su eficacia. En la persona de Cristo, Dios ha quitado todo lo que nos puede dañar. Así que, el ejercito puede marchar seguro y tú puedes, con gozo, seguir tu camino, pues todo los enemigos fueron vencidos de antemano. Lo único que tienes que hacer es tomar el despojo. Los enemigos están derrotados y vencidos; todo lo que tu tienes que hacer es dividir el despojo. Tú , es verdad, tendrás frecuentemente que entrar en combate, pero pelearás con un enemigo derrotado. Su cabeza está rota; él quizas intente dañarte, pero sus fuerzas no serán suficientes para conseguirlo. Tu victoria será fácil y tu riqueza será incalculable.

Nuestro Caudillo salió victorioso,
en el Calvario su triunfo se ve;
todos sigamos al jefe glorioso.
Nuestra mirada en su cruz fija esté.





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