martes, 30 de julio de 2013

Mateo 22:8-14

Predicación del domingo 28/7/13 del  pastor Daniel Johnson
Mateo 22:8-14

8 ENTONCES DIJO A SUS SIERVOS: LAS BODAS A LA VERDAD ESTÁN PREPARADAS; MAS LOS QUE FUERON CONVIDADOS NO ERAN DIGNOS.
9 ID, PUES, A LAS SALIDAS DE LOS CAMINOS, Y LLAMAD A LAS BODAS A CUANTOS HALLÉIS.
10 Y SALIENDO LOS SIERVOS POR LOS CAMINOS, JUNTARON A TODOS LOS QUE HALLARON, JUNTAMENTE MALOS Y BUENOS; Y LAS BODAS FUERON LLENAS DE CONVIDADOS.
11 Y ENTRÓ EL REY PARA VER A LOS CONVIDADOS, Y VIO ALLÍ A UN HOMBRE QUE NO ESTABA VESTIDO DE BODA.
12 Y LE DIJO: AMIGO, ¿CÓMO ENTRASTE AQUÍ, SIN ESTAR VESTIDO DE BODA? MAS ÉL ENMUDECIÓ.
13 ENTONCES EL REY DIJO A LOS QUE SERVÍAN: ATADLE DE PIES Y MANOS, Y ECHADLE EN LAS TINIEBLAS DE AFUERA; ALLÍ SERÁ EL LLORO Y EL CRUJIR DE DIENTES.
14 PORQUE MUCHOS SON LLAMADOS, Y POCOS ESCOGIDOS.

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Aqui esta tambien el bosquejo de la predicación.


jueves, 25 de julio de 2013

Consejos para orar con la Palabra


JOHN PIPER

. Observe que hay una conexión directa entre el grado en el que nuestras mentes son moldeadas por las Escrituras y el grado en el que nuestras oraciones son contestadas. Jesús dijo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7).

2. Recuerde que, como dice D.M. M'Intyre, Dios sólo responde las peticiones a las cuales su Hijo tendió una mano para formularla. “Si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye” (1 Juan 5:14).

3. Tenga en cuenta que la iglesia primitiva oraba con las Escrituras. Por ejemplo, la oración de Hechos 4:24-31 cita el Salmo 2. Por otra parte, las oraciones del Antiguo Testamento como la oración de Esdras en Nehemías 9:6-37 son repeticiones de la historia bíblica y de los textos bíblicos.

4. Oración con la Palabra significa leer (o recitar) las Escrituras en espíritu de oración y dejar que el significado de los versículos se conviertan en nuestra oración e inspiren nuestros pensamientos.

5. Hay muchas maneras posibles de hacerlo, no sólo una. Se puede hacer solo o en grupo. Puede hacer una pausa después de cada frase, cada oración, cada párrafo o cada capítulo.

6. Me permito sugerirle el siguiente procedimiento para empezar:

Encuentre un tiempo y un lugar tranquilo.
Comience con una breve oración como: “Oh Señor, te necesito, vengo a buscarte, necesito ayuda. ‘Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley’ (Salmo 119:18)”.
Lea un capítulo de una epístola rápidamente para captar lo esencial. El motivo para hacer esto es que el significado de las oraciones individuales es controlado por su contexto. No debemos hacer que un versículo tenga el significado que nos gusta a nosotros.
Si algo le llama la atención como especialmente relevante, piense en ello y deje que lo inspire y dé forma a su oración, aun antes de volver a leer una oración a la vez.
Si se topa con dificultades que no puede entender, tome nota de ello mentalmente para pensar e investigar más tarde. Sea honesto. Y, luego, pase a lo que sí parece claro.
Ahora, vuelva a la primera oración y léala con la pregunta: Si esta oración se convirtiera en una oración para mi vida, ¿cómo sería? Se puede convencerlo y llevarlo a hacer una oración de confesión y arrepentimiento. Puede inspirarlo a seguir un nuevo acto de obediencia y llevarlo a hacer una oración por poder y capacitación.
Trate de repetir el versículo a largo del día y ver su relación con el desayuno y sus planes de trabajo y de ocio. Trate de verlo en relación con diferentes personas en el hogar, el trabajo y la iglesia. Va a encontrar que un versículo puede producir una media hora de oración cuando se ve desde una docena de situaciones y relaciones diferentes.
Trate de construir formas bíblicas de hablar en su cabeza y su corazón. En este punto es especialmente importante la necesidad de enriquecer nuestro vocabulario de alabanza. Los salmos son excelentes para esto.
Si todo esto le parece difícil, intente con la forma más simple de oración con las Escrituras primero: es decir, diga las oraciones de las Escrituras, como en Hechos 4:24-31; Efesios 1:16-23; 3:14-19; Filipenses 1:9-11; Colosenses 1:9-14; 1º Tesalonicenses 3:11-13; Hebreos 13:20-21; Apocalipsis 4:8, 11; 5:9-10, 12-14, etc. Lo único que necesita es hacer como si usted fuera el autor bíblico y luego leerlo como propio, tal vez cambiando algunos pronombres.
Si tiene una lista de las preocupaciones por las que desea orar, lea el capítulo por tercera vez en busca de pistas sobre cómo se debe orar por esas cosas.

martes, 23 de julio de 2013

LA ELECCION DE LOS APOSTOLES

Predicación del domingo 21 de Julio de 2013
del pastor Pedro Blois
Texto: Lucas 6:12-19

"En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:
 a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,
 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote,
 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.
Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
 y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados.
Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos."



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viernes, 19 de julio de 2013

“Yo te perdono. Yo te amo”



Bernie Cueto

Estaba yo recién salido del seminario y en esa semana empecé a servir como ministro y profesor de Palm Beach Atlantic University. No podía creer que me encontraba conduciendo hacia el Jackson Memorial Hospital en Miami, donde tres de nuestros jóvenes estudiantes habían sido hospitalizados a causa de un terrible accidente automovilístico. Dos de los jóvenes estudiantes murieron. Tenían toda su vida por delante.

Mis emociones se apoderaron de mí. “Tengo dos hijos”, pensé. ¿Qué pasaría si uno de estos fuera mi hijo? Los siguientes días fueron muy duros emocionalmente para todos en la universidad. Abrimos la capilla para oración. Un encuentro pastoral tras otro, una pregunta tras otra: “¿Cómo pudo Dios permitir que esto sucediera?” El servicio celebrado en la Primera Iglesia Bautista de West Palm Beach se llenó a capacidad. Era la iglesia donde los padres de uno de los muchachos se habían casado años antes.

Yo no podía ir más allá del pensamiento: “¿Y si hubiera sido uno de mis hijos?”

El joven conductor decidió asistir al servicio. Fue una decisión valiente, pero hasta yo me quedé pensando si esto causaría una escena o una explosión allí.

Empecé a pensar: “¿Qué pasaría si mi hijo fuera el conductor?”

Yo vi cómo el conductor se abrió paso entre la multitud hacia uno de los padres. Todo el mundo estaba mirando. El padre lo vio. Se abrió paso entre la multitud y tomó al chico por su camisa, tirando de él hacia su pecho. Se acercó a él y le dijo: “¡Te perdono! ¡Te amo!” Esto fue una explosión de perdón y de amor.

De pronto, me encontré a Jesús en las palabras de un padre hacia un hijo sufriendo en medio de un servicio memorial.

Dios da gracia al culpable. El Padre amoroso dio a su Hijo unigénito para que el mundo pueda experimentar Su amor y perdón. Tal vez usted ha experimentado Su perdón al encontrarse con Él en el momento de su necesidad más profunda. Tal vez ha llegado el momento de extender ese mismo perdón a un ofensor culpable. Recuerde Su regalo de perdón en este tiempo.

¿Por qué debemos perdonar? Necesitamos perdonar para así poder seguir adelante con nuestras vidas. Perdonar no significa olvidar, o decir que usted ya no está sufriendo. El perdón es la tarea más difícil que Dios les pide a Sus hijos. Tal vez usted se aferra a la ira en contra de amigos que nos han abandonado y dado la espalda cuando más los necesitábamos. Quizás un jefe se está aprovechando de usted y no le respeta como usted se merece. Puede que usted tenga un familiar que le ha herido más que lo que ningún enemigo jamás pudiera. Tal vez su padre ha violado su papel de protector y proveedor en su vida y le ha dejado cicatrices y heridas, y usted piensa que esto es solo la manera en que tiene que ser. La Biblia enseña que si usted ha sido perdonado, usted necesita perdonar. Perdone como el Señor lo perdonó a usted.

A través de los años he aprendido dos verdades relacionadas con el perdón:

La gratitud es la motivación del perdón. Ya que sus pecados han sido perdonados, ¿no debería, en agradecimiento por la multitud de sus pecados perdonados, extender el perdón a los demás?

La miseria es el resultado de la falta de perdón. Es posible que usted sea un seguidor de Jesús y sin embargo tenga resentimiento hacia alguien. Esto significa que, a pesar de que usted es un cristiano, usted vivirá una miseria en su vida. No perdonar a alguien que le ha herido es como tomar veneno esperando que le haga daño a la otra persona; en realidad solo le hará daño a usted.

No sé lo que pasa en su interior, los recuerdos que le atormentan, o el dolor con que vive por el mal que alguien le provocó, pero yo conozco la humanidad lo suficiente para saber que la mayoría de personas, en un momento u otro, ha sido maltratada por alguien. Cuando eso sucede, la perspectiva se nubla. Ha habido manipulación. Ha habido un trato injusto. Ha habido rechazo. Le han hecho daño de manera deliberada.

¿Recuerda a José en el libro de Génesis? Fue vendido como esclavo por sus hermanos,  luego acusado de algo que no hizo y arrojado en la cárcel. Nunca pudo recuperar esos años sin las personas que él amaba. Cuando al fin se reúne de nuevo con sus hermanos, José les dice: “Ustedes se propusieron hacerme mal, ¡pero Dios dispuso todo para bien!”

Servimos a un Dios que da Su gracia a los culpables. Él se la extiende a usted para que usted pueda extendérsela a otros

http://thegospelcoalition.org/blogs/espanol/2013/07/18/yo-te-perdono-yo-te-amo/

martes, 16 de julio de 2013

Jesús y el legalismo

Predicación del domingo 14 /7/13
Del pastor Pedro Blois
Lucas 6:1-12

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lunes, 15 de julio de 2013

COMO DISFRUTAR DEL VERANO

POR PEDRO BLOIS

Llega el verano y muchos salen de vacaciones. Aun en tiempo de crisis, nos apañamos para encontrar distintas estrategias de descanso. Gracias a Dios por ello. Para aquellos que ya están preparando las maletas, aquí van 7 consejos que os pueden ayudar a sacar el máximo provecho a las vacaciones. El primero, suelta el trabajo. Hay personas que no tienen ningún problema con esto; el primer día ya se han olvidado de todo. Pero otros se llevan el trabajo consigo. El exceso de trabajo no demuestra responsabilidad, sino  incredulidad. Soltar es un acto de fe. Aprende a descansar.
En segundo lugar, lee el Libro, y lee buenos libros. Por regla general tenemos poco tiempo para leer, ¡aprovecha las vacaciones! Recuerda que el descanso producido por la futilidad mental es de poca duración, y mucha insatisfacción. La mente del cristiano descansa al considerar a Dios, y sus poderosas obras.  En tercer lugar, practica deportes. El ejercicio del cuerpo es espiritual e importante. Si la sangre no circula por la cabeza, el ánimo se vuelve amargo. En cuarto lugar, contempla la naturaleza. Las grandes obras de Dios son un verdadero refrigerio para el alma.
El quinto, ayuna un poco de la tecnología. Los móviles y el facebook nos hacen estar en muchos lugares a la vez. En las vacaciones esto suele ser contraproducente. Busca estar con tu familia – o aquellos que te rodean –, y olvídate un poco de las infinitas conexiones tecnológicas. Sexto, bendice a los que lo necesitan. Es importante estar en familia, pero tampoco está mal invitar a otros que no la tienen a pasar un tiempo juntos. Otra opción es ayudar económicamente a los que no pueden disfrutar de vacaciones como tú. Finalmente, ora. Hay Alguien que desea ministrar a tu corazón en este verano. ¡Alégrate en Él!

viernes, 12 de julio de 2013

El evangelio es poderoso porque es una revelación



Uno de los pasajes más conocidos de la carta de Pablo a los Romanos es el capítulo 1, los versículos 16 y 17: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.

Noten que el vers. 17 comienza con la palabra “porque”. Lo que se dirá a continuación explica lo que se ha dicho antes. De hecho hay varios “porque” en el texto. “Deseo ir a Roma a predicar porque no me avergüenzo del evangelio; y no me avergüenzo del evangelio porque sé que es poder de Dios para salvación; y es poderoso porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”.

El apóstol Pablo sabe que el mensaje del evangelio actúa sólo cuando puede ser comprendido por la mente humana. Por eso lleva un orden lógico en su proceso de argumentación. Sin embargo, también podemos ver en el texto que el intelecto por sí solo no es suficiente. El poder de Dios tiene que actuar a través del evangelio, porque el intelecto por sí solo no puede llevarnos a Cristo.

En otras palabras, el evangelio es poderoso porque contiene mucho más que una simple lógica. Es poderoso porque se trata de una revelación. En el evangelio se revela la justicia de Dios; y eso ¿qué significa? La palabra que usa Pablo aquí es apokalupto, de donde proviene el nombre del último libro del NT, Apocalipsis. Esta palabra designa la acción de descorrer un velo, mostrar algo que estaba velado, algo que no podría ser conocido a menos que alguien lo mostrase.

Ningún ser humano hubiese podido “descubrir” el evangelio, basándose únicamente en su propia observación y en su propio raciocinio. No hubiese habido evangelio si Dios no lo hubiese revelado. Y aquí es precisamente donde comienza el problema del hombre incrédulo con el evangelio, en el hecho de creer que puede descubrir la verdad dentro de sí mismo y por sí mismo. Ese es el postulado esencial de la religión humanista. “La verdad está dentro de ti, pero necesitas descubrirla”.

Pero Pablo nos dice aquí que la verdad se encuentra en Dios y que Él tiene que revelarla. Si Dios no hubiese descorrido el velo estaríamos a tientas y en tinieblas. No podemos conocer nuestra condición real delante de Dios, ni el destino que nos espera, ni la única puerta de escape que existe, por nosotros mismos.

Imaginemos a un hombre que intenta descubrir los misterios y maravillas del universo porque un amigo astrónomo le ha hablado acerca de esto; pero el individuo en cuestión tiene que vencer dos grandes obstáculos para ver y entender lo que el astrónomo vio y entendió: no tiene telescopio y, lo que es peor aún, está ciego. Para descubrir y comprender las maravillas del universo este hombre necesita dos cosas: necesita un telescopio, pero necesita también la visión.

Y ese es exactamente el mismo problema del hombre pecador. El hombre en su pecado tiene la misma necesidad. Está perdido, está condenado y está ciego espiritualmente. Pero Dios no nos ha dejado a tientas y en tinieblas, a expensas de nuestra capacidad o raciocinio. Él ha hablado, ha descorrido el velo. Es en ese sentido que el evangelio es una revelación. Esa revelación debe ser captada por el intelecto, pero es mucho más que eso: es una revelación.

La Biblia es el telescopio que necesitamos para alcanzar a ver aquello que no podríamos ver a simple vista. Pero como el hombre del que hablábamos hace un momento, aun teniendo el telescopio en las manos, todavía necesitamos algo más. Tenemos la revelación escrita en las Escrituras; pero ahora necesitamos que esa revelación escrita pueda ser comprendida y aceptada por nuestra mente y corazón. Si Dios hubiese revelado Su Palabra y no hubiese hecho ninguna otra cosa, no hubiésemos podido ser salvos.

El hombre natural no acepta esta revelación como buena y válida (comp. 1Cor. 2:14). Para que pueda ser efectiva, entonces, debe ir acompañada del poder de Dios, iluminando nuestras mentes e inclinando eficazmente nuestra voluntad. Dios tiene que iluminar el entendimiento de los pecadores y abrir sus corazones para que la predicación del evangelio pueda ser eficaz (comp. 2Cor. 4:3-6).



Dios obra a través de la exposición del evangelio. El evangelio es capaz de vencer las tinieblas que hay en el corazón del hombre; es capaz de vencer la enemistad natural que tenemos hacia Dios. El evangelio es capaz de hacernos entender y aceptar lo que de otro modo no podríamos entender y aceptar: que somos pecadores, que estamos perdidos, y que fuera de Cristo no hay ninguna esperanza para nosotros. Por eso debemos predicar el evangelio a los perdidos, porque ninguna otra cosa obrará en ellos, ni hará por ellos lo que solo el evangelio puede hacer: revelar la verdad en el corazón de los hombres



Sugel  Michelen
http://www.todopensamientocautivo.com/2013/06/el-evangelio-es-poderoso-porque-es-una-revelacion/

http://www.todopensamientocautivo.com/

jueves, 11 de julio de 2013

Hermanos en Cristo y amigos del blog,


Es con un sentir de urgencia y gozo que presento ante vosotros la página web: http://thegospelcoalition.org/espanol


En esta página encontraras artículos formidables, y muy enriquecedores para tu vida. Si bien vivimos en una generación de sobrecarga informativa – inclusive evangélica – es difícil encontrar fuentes de las que uno puede beber con seguridad y alegría. ¡Esta es una de ellas! Aprovecha el verano para entrar en esta riquísima web, y aprovechar todo su contenido.

El cristiano y la crisis: gozo indestructible


David Barceló

Este es el tercer artículo en la serie del cristiano y la crisis. En un primer momento hablamos del gozo que viene de Dios; para luego meditar más en elcontentamiento. Lo que veremos ahora es que aun en tiempos de crisis, el creyente puede sentir una profunda paz, porque el gozo del cristiano se halla firmemente anclado en la bondad y la generosidad de Dios. El carácter de nuestro Dios se expresa en todo lo que Él ha hecho, y el creyente que descansa en estas verdades ve cómo crece en una actitud de gozo y contentamiento. Dios es nuestro Padre celestial, y cuida de sus hijos proveyendo para ellos. Pero nuestro gozo puede crecer aún más si meditamos en las cuatro verdades bíblicas que nos faltan por ver. Vayamos un paso más allá, para forjar del todo el gozo del cristiano y hacer de él un gozo indestructible.

Verdad 7: Dios sabe lo que de verdad necesitas

Él sabe lo que de verdad te conviene, y Él cuida de ti. ¿Crees esto? Muchas veces los padres no les damos a los hijos todo lo que nos piden, sino lo que creemos que es mejor para ellos. Somos pecadores, y fácilmente nos dejamos dominar por la codicia, pero el Señor sí sabe lo que me conviene y de qué tengo necesidad. El Señor me ha prometido que no me va a faltar sustento y abrigo… que no tengo por qué afanarme por esas cosas… que solo he de confiar en Él… La Palabra nos recuerda que Dios “no dejará padecer hambre al justo” (Proverbios 10:3) y que “teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo” (1 Timoteo 6:8-9).

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:25-26).

Verdad 8: Dios es el que da y también el que quita

Es cierto. Aunque te parezca extraño escucharlo, Dios es el que te priva de cualquier bendición material. Recuerda que todo lo que tienes, lo tienes porque Dios te lo da… Que todo lo que no tienes, no lo tienes porque Dios no te lo da… Que todo lo que tenías y has dejado de tener, lo has dejado de tener porque Él te lo ha quitado… “El Señor dio, y el Señor quitó”…

Es normal que un padre dé cosas a sus hijos… y es normal que un padre quite cosas de las manos de sus hijos, si Él lo considera oportuno. Por supuesto nos hemos de gozar en las cosas que Dios nos da. Sus bendiciones son señal de su bondad y cuidado con nosotros, pero cuando Dios nos quita sus bendiciones sigue siendo nuestro Padre amoroso. Es Dios quien permita una crisis económica y un tiempo de escasez, y es Dios quien está esperando que este mundo consumista mire al cielo y clame a Él. Si has perdido el trabajo, si sufres privaciones, si estás en dificultades… ¿Estás como José en el pozo? ¿Estás como Jonás en el pez? ¿Estás como Pablo en la cárcel? ¡Entonces clama al Padre! “¿Señor, qué quieres cambiar en mi corazón? ¿Cómo puedo crecer en confianza y dependencia de ti? ¡Señor socórreme! ¡Señor ayúdame!” Porque, “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”, Salmo 73:25.

Verdad 9: ¡La verdadera riqueza es espiritual!

Cuando nos faltan las bendiciones materiales es el mejor momento para centrar nuestra atención sobre las bendiciones espirituales. Es como si la niebla se disipara y pudieras ver mejor el horizonte. Dios es el que te da todas las cosas; Dios es el que te priva de todas las cosas; y cuando Dios te quita aquello que te puede quitar es porque quiere que fijes tus ojos en aquello que nunca te va a quitar. ¡Mira la grandeza de tu tesoro celestial y deja a un lado las pequeñeces de esta vida! ¡Mira la ciudad eterna cuyas puertas son de perla y cuyas calles son de oro, y verás las cosas de esta tierra con otros ojos!

¡El dinero es menos material de lo que pensamos! Se establece una profunda comunicación espiritual entre el creyente y Dios a través del dinero y el uso de los bienes. Centra tu mirada en la verdadera herencia. En el verdadero tesoro. En la corona de justicia. En la Salvación Eterna.

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21).

Verdad 10: ¡El gozo del cristiano es indestructible!

¡Habacuc nos invita a gozarnos aún en medio de la adversidad, porque no tenemos nuestro gozo puesto en las posesiones, sino en Aquel que lo posee todo! “Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación” (Habacuc 3:17-19).

Moisés dejó su palacio en Egipto para servir a Dios en el desierto; José salió de la casa de su padre para ser esclavo en casa de Potifar; Job perdió todo lo que tenía y se mantuvo íntegro ante Dios; Pablo sufrió persecución y escasez y Dios proveyó de todo lo necesario para él; Elías se escondió de Jezabel en una cueva y el Señor envió cuervos que le traían comida. En la Palabra de Dios encontramos a los hijos de Dios viviendo grandes crisis, y en medio de la crisis se fortaleció su fe y Dios proveyó de lo necesario. No miraron las riquezas materiales, sino las riquezas espirituales de Dios, y su gozo y su paz fueron indestructibles.

¿Sabes cuál ha sido la crisis más grande de la historia? El Rey del universo dejó su trono, su gloria, su grandeza, sus riquezas infinitas, su ejército de ángeles, y se hizo pobre, indefenso, pequeño. El Hijo de Dios se hizo hombre. El Creador tuvo hambre. El Agua de vida tuvo sed. El que es tres veces Santo sufrió nuestro pecado. Créeme: Jesucristo sufrió la crisis más grande de todos los tiempos. Pero Él no la sufrió como tú o yo… porque tú y yo nos resistimos delante de la crisis, queremos evitarla, huir de ella; tú y yo no queremos sufrir la prueba y sin embargo Cristo quiso.

Él, “siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:6-11).

Cristo sufrió la crisis más grande la historia, porque esta crisis, esa renuncia, ese sacrificio, no lo podías sufrir tú. Él sufrió por ti, Dios el Padre le restauró, y ahora todas sus riquezas celestiales son tuyas por medio de la fe. Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, no necesariamente de tus problemas cotidianos, pero sí del Problema más grande e importante de tu vida: el pecado que te separa de Dios. Ese es el Problema que debiera quitarte el sueño y debiera de preocuparte noche y día hasta hallar la solución, hasta poder encontrarte cara a cara con el Señor Jesucristo.

Él dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Si en Cristo has hecho las paces con Dios, entonces podrás exclamar “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18).

Que Dios te bendiga.

http://thegospelcoalition.org/blogs/espanol/2013/06/06/el-cristiano-y-la-crisis-gozo-indestructible/

martes, 9 de julio de 2013

JESUS ANTE LA RELIGION ESTABLECIDA


PREDICACION DEL PASTOR PEDRO BLOIS DEL DOMINGO 7 DE JULIO DEL 2013


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domingo, 7 de julio de 2013

El alimento de nuestra alma




Si Dios así lo dispusiera, podríamos vivir sin pan, como Cristo vivió durante cuarenta días; pero nunca podríamos vivir sin su Palabra. Por esta Palabra fuimos creados, y sólo por ella seremos guardados, porque Él sostiene todas las cosas con la fuerza de su Palabra de su potencia. El pan es la causa segunda, y el Señor la causa primera de nuestra existencia. Tanto puede obrar sin la segunda como con ella, y no tenemos derecho a poner límites a su obra.
No nos afanemos excesivamente por las cosas visibles; miremos al Dios invisible. Hemos oído decir a algunos creyentes que en los días de extremada pobreza, o cuando escaseaba el pan, disminuía su apetito; y otros me han asegurado que cuando faltaban los medios de vida, el  Señor les socorría inesperadamente.
Sin embargo, nos es necesaria la Palabra de  Dios. Con ella podemos resistir al diablo. Si nos la arrebatan, pronto caeremos en poder del enemigo, porque nos faltarán las fuerzas. Nuestras almas necesitan alimento, y fuera de la Palabra del Señor no puede haberlo. Todos los predicadores y libros del mundo no pueden proporcionarnos una sola comida: sólo la palabra de la boca de Dios puede nutrir al creyente. Señor, danos siempre este pan. Lo apreciamos más que todos los deleites de una mesa regia.

sábado, 6 de julio de 2013

Cuando el pecado es grave y la gracia es sorprendente

TIM KELLER

A lo largo de los años me he dado cuenta de que algunos ministerios, en sus esfuerzos por hacer énfasis en la vida de santidad, no hacen suficiente énfasis en la aceptación por gracia de Dios hacia nosotros a pesar de nuestros pecados. Por otro lado, otros ministerios, en sus esfuerzos por evitar el legalismo, se abstienen de llamar a las personas hacia una profunda e incomoda introspección y al arrepentimiento genuino. Sin embargo, el pastor del siglo XVII John Newton hace un maravilloso trabajo en darle igual peso a la introspección y a la gracia.
Newton nos provee de algunas maneras profundamente incisivas para poder examinar nuestros corazones. Los cristianos, él nos dice, invierten muy poco tiempo y esfuerzo a examinarse a si mismos y a buscar crecer en santidad, en el fruto del Espíritu. Pero, ¿significa eso que esa profunda introspección nos condene a sentirnos siempre inadecuados, avergonzados y culpables? No, porque Newton sabe que un conocimiento profundo del pecado nos puede llevar a un gozo mas enriquecedor en la gracia. Nadie mejor que Newton en urgir a la gente a "usar el evangelio de la gracia" en el corazón para poder cambiarlo. A continuación, comparto dos cosas que he aprendido de Newton a través de los años de como poder hacer esto.
A menudo, la gente trata de llenar su corazón con el peligro de lo que están haciendo. Puedes decirte a ti mismo: “Si sigo haciendo esto, me causaré problemas”. Puede que esto sea cierto, y podrá ser una buena forma de reaccionar y reconocer el problema. Sin embargo, si esto es todo lo que le dices a tu corazón, efectivamente esto doblará el metal de tu corazón, pero no lo suavizará ni tampoco lo transformará de manera permanente. La motivación es, en última instancia, egoísta, y solo traerá cambios en el corto plazo.

Necesitamos ir más profundo hacia la única manera duradera de cambiar nuestro corazón: llevarlo a la costosa y radical gracia de Dios manifestada en Cristo en la Cruz. Le muestras a tu corazón las infinitas profundidades a las que Él fue para que tú pudieras ser libre del pecado y su condenación. Esto te llena con una sensación no sólo del peligro del pecado, sino también de su gravedad. Piensa en lo ingrato que es, piensa en cómo tu pecado no sólo es en contra de la ley de Dios, pero también contra Su corazón. Que tu corazón se derrita con el conocimiento de lo que Él ha hecho por ti. Tiembla ante el conocimiento de lo que Él es digno: digno de toda la gloria.

Un segundo y poderoso pensamiento de Newton es este: pecamos no sólo a partir de un deseo rebelde de ser nuestros propios señores, sino también porque estamos buscando otras cosas aparte de Dios para satisfacernos y llenarnos. Al mismo tiempo en que Newton señalaba muy bien el peligro de tener un entendimiento muy pobre o “light” de nuestro pecado, también era muy bueno en señalar el problema opuesto: un entendimiento muy “light” de lo que Jesús ha hecho por nosotros. Newton le escribió lo siguiente a un hombre que estaba desmotivado:

“Me dices que te parece difícil creer que es compatible a la divina pureza el abrazar o usar a un monstruo como tu.  Al pensar esto, tu no solo expresas una baja opinión de ti mismo, que es correcto, pero también expresas una muy baja opinión de la persona, obra y promesas del Redentor; lo que está definitivamente equivocado… Satanás se transforma a sí mismo en un ángel de luz.  Él a veces nos ofrece enseñarnos humildad; pero a pesar de que deseo ser humilde, no deseo aprenderlo en esta escuela. Sus premisas podrán ser ciertas al afirmar que somos criaturas viles y malvadas, pero luego él nos atrae a las abominables conclusiones de que entonces deberíamos cuestionar ya sea el poder, o la disposición, o la fidelidad de Cristo. Así es: a pesar de que nuestras preocupaciones sean buenas, al punto de que nacen de un disgusto con el pecado, sin embargo, cuando las examinamos de cerca, muchas veces hay mucha voluntad propia, justicia propia, incredulidad, orgullo e impaciencia mezcladas con ellas, tanto así que no son mejores que los peores males de lo que nos quejamos… Tu no has tenido, y no podrás tener, nada a la vista de Dios más allá de lo que derives de la justicia y propiciación de Jesús. Si podrías mantenerlo más a la vista, estarás más cómodo. Él será más honrado… Oremos para que podamos ser capaces de seguir el mandamiento que el Señor nos dio a través del apóstol: “Regocíjense en el Señor siempre, otra vez les digo, regocíjense”. Tenemos poco de qué regocijarnos en nosotros mismos,  pero tenemos el derecho y muchas razones para regocijarnos en Él” ( Traducido de “Letter XI, to the Rev. Mr. S.,” Works of John Newton, Vol. 6, 185-187).

Si vamos a crecer en la gracia, debemos estar conscientes de que somos al mismo tiempo pecadores y también hijos amados en Cristo. Necesitamos una conciencia fuerte de nuestro pecado delante de Dios, y una convicción clara y profunda de nuestra unión y aceptación en Cristo.

Al final de cuentas, es el gozo y maravilla del Evangelio lo que te cambiará permanentemente.

viernes, 5 de julio de 2013

Jesús ante la comunidad

Predicación del domingo 30 de junio de 2013
Pedro Blois

Para escuchar, hacer clic  aquí. Y si la queréis descargar, hacer clic con el botón derecho del ratón  sobre este enlace https://db.tt/StPCZGKj  y elegir la opción , guardar enlace como.

A continuación el bosquejo de la predicación

martes, 2 de julio de 2013

¡ VEN !


El clamor de  la religión cristiana está encerrado en esta dulce palabra: “ven”. La lay judaica dice duramente, “ven y mira bien por donde caminas, si quebrantas los mandamientos, perecerás, si los guardas, vivirás”. La ley era una dispensación de terror que atraía a los hombres con castigos, pero el Evangelio los atrae con cuerdas de amor. Jesús es el buen pastor que va delante rogando a las ovejas que lo sigan y atrayendolas con esta dulce invitación , “ven “.  La lay aleja, el Evangelio atrae. La ley muestra la distancia que hay entre Dios y el hombre, el Evangelio pone un puente sobre aquel espantoso precipicio y persuade al pecador a que lo cruce. Desde el comienzo de tu vida espiritual hasta que entres en la gloria, Cristo te dirá, “ven, ven a mi”. Jesús es como una madre que extiende su dedo a su hijito y lo invita a caminar diciéndole, ven. El siempre va delante de ti, rogándote que lo sigas como sigue el soldado a su capitán. Jesús  ira siempre delante de ti para abrirte el camino y quitar los estorbos de tu sendero, u tu oirás su animadora voz que te invita a seguirlo por toda la vida. Y en la solemne hora de la muerte, éstas serán las dulces palabras con las que te introducirá en el mundo celestial, “ven, bendito de mi Padre”
Aun mas, esta invitación que él te hace a ti, será la que tu le hagas él, “ven, ven”. Tu anhelaras su segunda venida, dirás continuamente “ven presto, Señor Jesús”, ansiarás tener una comunión mas intima con El. Cuando su voz te diga, ven, tu le responderás, ven Señor, habita en mi, ven , ocupa tú solo el trono de mi corazón, reina en él sin rival, y consagrame por completo a tu servicio


SPURGEON