martes, 31 de diciembre de 2013

¿Cual es su nombre?

Bosquejo de la predicación del domingo 29 de diciembre de 2013
Pastor Aaron Hicks,( pastor  de la Iglesia Reconciliación)
Mateo 1:18-25







viernes, 27 de diciembre de 2013

No crezcamos en el lodo del favor y la ganancia

Spurgeon

El junco es esponjoso y hueco, y lo mismo es el hipócrita, no hay en él ni sustancia ni consistencia. El junco es sacudido de un lado a otro por todo viento, y el formalista se rinde a toda influencia. Por esta razón el junco no se rompe con la tempestad, ni los hipócritas se turban con la persecución. Yo no quisiera ser n engañador ni engañado. Quizás el texto de esta mañana me ayude a examinarme a mi mismo  para ver si soy o no un hipócrita. El junco , por naturaleza vive en el agua, y debe su existencia  al lodo y a la humedad. En cuanto el lodo se seca, inmediatamente se seca también el junco. Su verdor depende enteramente  de las circunstancias, si hay mucha agua florece, y si no la hay se seca. ¿es este mi caso? ¿sirvo a Dios solo cuando me hallo entre buena compañía o cuando la religión resulta productiva  y respetable ? ¿amo a Dios únicamente cuando recibo de sus manos comodidades temporales? Si es así, soy un vil hipócrita, y a semejanza del junco, pereceré cuando la muerte me prive de los goces exteriores. ¿Puedo yo afirmar honestamente  que  cuando las comodidades corporales han sido escasas y cuando las circunstancias han sido,  para la gracia, mas bien adversas que propicias, me he mantenido firme mi integridad? Entonces tengo esperanza  de que haya en mi una piedad genuina y vital. El junco no puede crecer sin lodo, pero los árboles plantados por la diestra de Jehová florecen aun en los años de sequía. El hombre piadoso crece mejor cuando  sus recursos terrenales decaen. El que sigue a Cristo por la bolsa es un Judas, los que le siguen por los panes y los peces son hijos del diablo, pero los que le siguen por amor son sus amados. Señor, haz que mi vida se encuentre en ti, y no en el lodo del favor y de la ganancia de este mundo 


lunes, 23 de diciembre de 2013

MELANCOLIA DE NAVIDAD

Por Pedro Blois

Aún en un mundo tan secularizado y pluralista como el nuestro, la navidad sigue siendo un hito dentro de las culturas occidentales. Sean cuales sean las creencias, este es un tiempo de compartir buena comida alrededor de una mesa, y dar regalos a por doquier. Pero hay un fenómeno que también es común a estas fechas, y es una cierta tristeza, nostalgia podríamos decir, que acongoja el corazón de muchos. Podemos referirnos a ello como “la melancolía de la navidad”. 
 Algunos consideran que tal condición del alma afecta a personas que no tienen familia, o que pasan por momentos de sufrimiento singular. Si bien esto es cierto, parece que estamos ante un fenómeno más amplio, sentido también por aquellos que tienen un bello entorno familiar. Muchos de estos, se acercan a estas fechas con grandes expectativas, para sentir que un año más las mismas no fueron satisfechas. ¿A qué puede deberse tal condición del alma? ¿Por qué esta melancolía?
La navidad parece recordarnos que las ansias más profundas del alma, no se sacian ni con lo más bello de esta tierra. Familia, buena comida, regalos, la compañía de amigos cercanos, parecen apuntar a una alegría que está más allá, una alegría que no llegamos a alcanzar. Pero tal melancolía no es mala, y encuentra su sanidad en la propia navidad. La navidad anuncia que esta alegría, que no podemos alcanzar, ha venido a nosotros en la persona de Jesús. Acude a él en estas navidades, y la melancolía dará lugar a una eterna y gloriosa esperanza. 

lunes, 16 de diciembre de 2013

La senda del discipulo


Predicación del domingo 15 de diciembre de 2013
Pastor Pedro Blois
Titulo: "La senda del discípulo"
Texto: Lucas 9: 23-27

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La diferencia entre estudiar matemáticas y estudiar la biblia

Por Pedro Blois

Si uno quiere ser un erudito bíblico, ha de estar preparado para el estudio arduo y continuado. Es imposible llegar a un conocimiento profundo de las Escrituras, si uno no se ejercita en la tarea de leer, entender las palabras, las frases, y las conexiones de todas sus partes. Meditar en la Ley del Señor, de día y de noche, es la parte de aquellos que desean ser versados en la Palabra. ¡Y esa no es una tarea fácil! Desde luego no caben los flojos y relajados en esta labor. 
Dicho lo dicho sobre el estudio de la Biblia, lo mismo podríamos decir de cualquier otra  área del saber. Tanto da si uno desea ser un buen biólogo, ingeniero de caminos, químico, o historiador, no lo será sin mucho esfuerzo en los estudios. ¡Imaginaos las matemáticas! Hasta aquí, no hay diferencias entre estudiar cualquier materia, y estudiar la Biblia. Pero el conocimiento bíblico tiene una peculiaridad, que no corresponde a ninguna otra área del saber. 
En el Salmo 119.71, leemos: “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos”. El salmista relaciona un acontecimiento doloroso de su vida – en el que experimentó vergüenza y debilidad –, con un mayor conocimiento de las Escrituras. ¿Qué vemos aquí? Vemos que el conocimiento bíblico, a diferencia que las matemáticas, es un conocimiento que depende de la condición del corazón; y que, por lo tanto, se aprende por la senda del quebranto. Pero lejos de murmurar, una vez versado en los tesoros de la Palabra, dice el cristiano con el salmista: “Bueno me es haber sido humillado…”.    

lunes, 9 de diciembre de 2013

PERDER LA VIDA PARA GANARLA

Por Pedro Blois



Cuando Jesús llama a las gentes a seguirle, les advierte que han de negarse a sí mismos, y tomar su cruz a cada día (Lc. 9.23-25). Y esta no es una demanda para aquellos que deseen un mayor compromiso con él; aquellos que, por así decirlo, son más avanzados en la fe. En realidad, aparte de esta demanda, no hay discipulado, no hay cristianismo. El verdadero discípulo de Jesús, es alguien que avanza por la senda de la cruz; que se niega a sí mismo, en vistas de obedecer a su Señor.  
Esto hace que surja una pregunta importante: ¿Encuentra el cristiano en la auto-negación, el propósito más alto de su vida? En otras palabras, ¿es la auto-negación última y definitiva, el máximo bien del cristiano? De ninguna manera. Cuando Jesús llama a los suyos a negarse a sí mismos, a perder sus vidas, lo hace para que lleguen a ganarla. Cuando el cristiano se niega a sí mismo, tiene en vista de un bien mucho mayor, cuyo camino es la cruz. Él ha encontrado en la persona de Jesucristo, y sus promesas, lo que con todo su esfuerzo, sería incapaz de alcanzar. 
Entonces, ¿dónde encuentra el cristiano la fortaleza para esta necesaria auto-negación? ¿Cómo puede el cristiano enfrentarse a las fuertes adversidades que acompañan a los discípulos de Jesucristo? Su fortaleza reside en tener un aprecio cada vez mayor de la dádiva de Cristo; de la esperanza que él, por medio de su muerte y resurrección, nos ha otorgado. Es en la medida en la que apreciamos la gloria de la esperanza cristiana, en la que vivimos vidas abnegadas y gozosas, en la obediencia a Cristo. ¡Pongamos nuestra mirada en el Salvador, y en sus promesas!    

martes, 3 de diciembre de 2013

"EL LLAMADO AL MINISTERIO"

Predicación del domingo 1 de diciembre de 2013
Pedro Blois
Lucas 9:1-17

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lunes, 2 de diciembre de 2013

¿CUANTOS PANES TENEIS?

Por Pedro Blois


Era evidente que los discípulos no tenían suficientes panes como para alimentar a tamaña multitud. Jesús lo sabía. Pero entonces, por qué hacer la incómoda pregunta: “¿Cuántos panes tenéis?” Jesús quería asegurarse que los discípulos sabían la respuesta. Antes de hacer el milagro, ellos debían considerar la realidad de su insolvencia. El que provee, es también el que recibe la gloria. Es necesario que nos deparemos detenida, y dolorosamente, con nuestra falta, de modo que el Dios que provee, sea también glorificado.
Tal vez algunos estén viviendo una situación similar a la de los discípulos. Han sido llamados a una preciosa tarea, pero la patente realidad de su incompetencia abarca todos sus pensamientos. El Señor os ha preguntado “cuántos panes tenéis”, y no podéis más que reconocer vuestra necesidad. Puede que os sorprenda que os diga que esta no es una mala posición. Es posible que estéis a punto de ver grandes cosas.  

Dicho esto, ¿qué hacer en tal condición? Los discípulos se quejaron de que, en efecto, era imposible que consiguiesen pan para alimentar a tantas gentes. Estaban resignados ante lo que les parecía un absurdo. De todos modos, Jesús hizo el milagro. ¡Su gracia superó la incredulidad de los suyos! Pero, ¿qué esperaría Jesús de sus discípulos? ¿Cuál debía ser su actitud la próxima vez? Considero que él esperaba que ellos pidiesen. Ante la consideración de su insolvencia, ellos debían pedir a Aquel que es todo suficiente. Hermanos, hay gracia abundante para toda tarea, para toda buena obra en el Reino.