lunes, 21 de enero de 2013
PERSEVERAR EN LA ORACION
Es interesante observar cómo una gran parte de la Sagrada Escritura está ocupado con el tema de la oración,,ya sea en proporcionando ejemplos, hacer cumplir las promesas o pronunciando las promesas. Apenas hemos abierto la Biblia antes de leerla: "Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre del Señor", y del mismo modo que están a punto de cerrar el volumen, el "Amén" de una súplica ferviente cumple con nuestros oídos. Los casos son abundantes. Aquí nos encontramos con una lucha de Jacob hay un Daniel, que oraba tres veces al día y un David que con todo su corazón, invocó a su Dios. En la montaña vemos Elias, en el calabozo Pablo y Silas. Tenemos multitud de comandos, e infinidad de promesas. ¿Qué nos enseña esto, sino la importancia sagrada y la necesidad de la oración? Podemos estar seguros de que todo lo que Dios ha hecho prominente en su Palabra, tenía la intención de ser visible en nuestras vidas. Si él ha hablado mucho acerca de la oración, es porque sabe que lo necesitamos mucho . Tan profundas son nuestras necesidades que hasta que no están en el cielo, no debemos dejar de orar. ¿no quieres nada? Entonces, me temo que no te agrada saber tu pobreza. ¿No tienes que pedir misericordia de Dios? Después , puede que la misericordia del Señor te muestre tu miseria! Un alma sin oración es un alma sin Cristo. La oración del creyente es el balbuceo del niño , el grito del creyente lucha, el réquiem de la santa muerte para quedarse dormido en Jesús. Es el aliento, la palabra de orden, el confort, la fuerza, el honor de un cristiano. Si tú eres un hijo de Dios, busca el rostro del Padre, y vivir en el amor del padre. Oremos para que seamos mas santos, humildes, celosos y paciente, tener una comunión más íntima con Cristo y entrar más a menudo en la casa del banquete de su amor. Para que seamos un ejemplo y una bendición a los demás, y vivir más a la gloria del Maestro.