martes, 12 de febrero de 2013

Filipenses 2:5-11




 Haya,  pues,  en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
    el cual,  siendo en forma de Dios,  no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
   sino que se despojó a sí mismo,  tomando forma de siervo,  hecho semejante a los hombres;
  y estando en la condición de hombre,  se humilló a sí mismo,  haciéndose obediente hasta la muerte,  y muerte de cruz.

   Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,  y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
   para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,  y en la tierra,  y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,  para gloria de Dios Padre.