miércoles, 11 de septiembre de 2013
Preciosa Soberanía -- Garantía Invaluable
Cuando uno se acoge a la soberanía de Dios de forma correcta, todo va mucho mejor. Equivocarse en esto nos conducirá cometer errores en los lugares más inesperados. Oh, como oro para que Dios nos de claridad, convicción y gozo en nuestra visión de la absoluta soberanía de Dios en Belén.
Consideren el tema de la garantía y de la eterna seguridad y la posibilidad de separarnos de Cristo. El Domingo 13 de Octubre, abordamos el aleccionador texto de Hebreos 6:4-8. Allí dice que puedes ser "iluminado y haber probado el don divino y haber sido hecho participe del Espíritu Santo, y haber probado la buena palabra de Dios y el poder de los tiempos por venir" y aun así caer de todo esto y quedar eternamente perdido.
Le di cinco razones por las que esto no significa que usted puede realmente haber nacido de nuevo, haber sido justificado, llamado y salvado y entonces perderlo todo y perecer. Usted puede bajar o leer el sermón (“When Is Saving Repentance Impossible?”) para ver como lo argumenté a partir de cinco textos cruciales de Hebreos (6:7-8, 6:9, 3:14, 10:14, 13:20-21). En cambio yo dije que el significado es algo casi que impactante, es decir, que usted puede experimentar todas esas cosas (iluminación, Espíritu Santo, Palabra de Dios y milagros) ¡y nunca haber sido salvo! Esto es impactante porque significa que la gente puede auto engañarse al creer que ellos son cristianos cuando en realidad no lo son.
Por lo tanto el texto y el mensaje destacan la cuestión de la garantía. ¿Como podemos estar seguros de que perseveraremos hasta el final y que no caeremos y nos haremos como Esaú, que trató de volver pero no pudo arrepentirse (Hebreos 12:16-17)? Aquí es donde la soberanía de Dios se hace tan crucial.
El libro de Hebreos exalta el nuevo y mejor pacto que Dios hizo con todo su pueblo a través de la Sangre de Cristo. El viejo pacto hecho en la montaña del Sinaí era vulnerable con respecto a la debilidad de la gente (Romanos 8:3). Hebreos 8:9 dice: "ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor." Pero el nuevo pacto es radicalmente diferente en que no es vulnerable a nuestras debilidades. Más bien, este asegura que la soberanía de Dios sobrepasará nuestras debilidades y nos protegerá de romper dicho pacto.
Por lo tanto Hebreos 8:10 dice, "Este es el pacto que yo haré con la casa de Israel después de esos días, dice el Señor: Yo pondré mis leyes en sus mentes, y las escribiré en sus corazones. Y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo." En otras palabras, Dios no solamente nos dirá lo que tenemos que hacer, él nos verá hacerlo mediante su trabajo en nosotros. Esto es lo que dice Hebreos 13:21 acerca del nuevo pacto: "[Dios] os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén." Esta es la santificadora, protectora, salvadora soberanía de Dios. Y esto es precioso mas allá de toda palabra.
En el nuevo pacto, nuestra garantía descansa firmemente en la soberanía de Dios, sabemos que no nos perderemos porque esta es una promesa del nuevo pacto sellada con la sangre de Jesús. Por ejemplo, en Jeremías 32:40, Dios promete: "Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.
Esta es la realidad práctica y preciosa de la soberanía de Dios. Yo oró para que usted lo entienda y lo crea y se deleite en la seguridad y el gozo que esto envuelve.
Guardado por el poder de Dios (1 Pedro 1:5),
Pastor John