lunes, 20 de enero de 2014

EL DESGLOSAR DE SU VOLUNTAD

Por Pedro Blois





Son muchas las ocasiones, en las que el cristiano pregunta con afán a su Dios: ¿Cuál es tu voluntad para mi vida? ¿En qué deseas que invierta mis años? En su libro, “El conocimiento del Dios Santo”, J. I. Packer explica que, por regla general, esta pregunta expone nuestro deseo de ver el mapa completo de nuestro peregrinar. Querríamos que, en efecto, Dios nos llevase a la sala de mando del tren, y nos dejase ver el tramo completo de nuestro raíl. 
Packer nos dice que, lejos de eso, Dios solamente nos muestra los siguientes pasos a seguir. En vez de llevarnos a la sala de mando, él los sienta en el timón del tren, y nos deja ver las placas de señalización a la medida en la que avanzamos. Como le fue ordenado a Abraham: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré…” (Gn.12.1); y como lo vemos en las columnas de nube y fuego, en el desierto. Dios nos muestra un paso a la vez.
¿Qué implicaciones tiene este principio para con nuestras vidas? En primer lugar, deja de afanarte por ver el mapa completo. Ese mapa lo veremos cuando, al final de los tiempos, Dios desglose el glorioso mosaico de la historia; hasta ahí, avanzamos entre luces y sombras. Y en segundo lugar, ocúpate de lo que está delante de ti; hazlo como si fuera lo último que harás - ¡pues puede que lo sea! Entrégate en tu presente labor. Mirar las nubes de lo por venir, nos impiden de amar y servir en el presente.