viernes, 3 de abril de 2015

"Que donde yo estoy, también ellos estén conmigo"




Por Pedro B. Blois  

Orando por sus discípulos – y por todos aquellos que habrían de creer –, Jesús dice: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria…” (Jn.17.24b). Pero, ¿dónde está Jesús? ¿Cómo saber si estoy con Él? Algunos piensan que Él está en medio al ajetreo del ministerio y servicio. Muchos trabajan y trabajan, sirviendo y dando testimonio, pensando que sin lugar a dudas, allí está el Señor. Pero en Mateo 7.21-23, se nos habla de gentes que parecían servir a Jesucristo, pero que le eran completamente desconocidas. ¿Dónde está entonces Jesús? ¿Dónde quiere Él que estemos?

Por regla general, Jesús nos llama a lugares a los que no queremos ir. Él nos llama a permanecer y amar a un marido terco, o a una esposa orgullosa (además de amar a la familia de nuestro conyugue). Él nos llama a aprender a regocijarnos ante la falta de trabajo, o a ser fieles en trabajos de gran congoja. Jesús nos llama a servir a nuestros hijos con alegría, y a permanecer en ministerios de gran carga y dolor. Lejos del activismo en el servicio, Él quiere nuestra obediencia – Él quiere que vayamos a donde no queremos ir, que enfrentemos lo que no queremos enfrentar; que aprendamos a llevar su yugo con alegría. Es en esos lugares, en los que vemos su gloria.