Por Carlos Vela
En cierta ocasión Jesús respondió a la pregunta de sus
discípulos sobre quién podría ser salvo que “para los hombres es imposible, mas
para Dios no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Mr 10:26-27). La
Escritura nos presenta a un Dios que hace cosas difíciles de creer para el
hombre, desde crear todo lo que existe en seis días, dar hijos a mujeres
estériles y de edad avanzada, o devolver a la vida a
personas que ya habían muerto, entre muchas otras cosas.
Sin embargo, en el evangelio vemos el más difícil todavía,
reconciliar a un ser completamente depravado con uno completamente santo, ¿imposible
verdad?, pues Dios, en su sabiduría y extraordinario poder, entregó a su Hijo
unigénito para ganar nuestra justicia y recibir nuestro castigo de tal forma que
esto fuese hecho posible. ¡Qué Dios tan increíble tenemos! ¡Que al considerar
esto aumente nuestra fe y nuestra adoración a Dios por una salvación tan
espectacular!