miércoles, 12 de agosto de 2015

¡Estas invitado, Dios paga !


Por Carlos Vela                  

"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y a los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche." (Is 55:1)

El evangelio es un llamado a acercarte a Dios precisamente para recibir un banquete pero sin pagar, sentarte en la mesa y saciarte por completo sin tener absolutamente nada de dinero. Dios no busca clientes al mejor precio, Él no tiene necesidad de nada que le podamos ofrecer, de hecho, Él no solamente desea pagar, sino que lo exige, Dios no va a aceptar que le compres su favor porque ello implicaría necesariamente que pierde la gloria de todo el asunto. Pero entonces, ¿cómo Dios nos invita y hace para cubrir los gastos del banquete? En la persona de Cristo Dios ha pagado por completo el precio de nuestra salvación, costeando nuestros pecados por medio de su muerte, pero además otorgándonos su justicia perfecta por medio de su obediencia. El evangelio es una invitación, no una transacción. ¡Acércate a Dios sin tus obras, únicamente con tu fe puesta en Jesús, para solamente de esta forma participar del banquete que Dios tiene para ti y saciar tu alma por completo!