viernes, 20 de noviembre de 2015

"El amor y la experiencia cristiana"

Por Pedro Blois  


La semana pasada estuvimos considerando juntos que la suma de la santidad cristiana es el amor. Y que el amor cristiano es un amor activo, un amor que sirve. De modo que podemos definir la vida cristiana como una vida de amor y servicio, servicio y amor. En esa misma línea, en el libro titulado “El amor y sus frutos”, dice Jonathan Edward: “El amor es la vida y el alma de toda religión, sin el cual toda virtud es vacía e inútil.” En efecto, “…toda virtud salvadora, que diferencia al cristiano de los demás, se resume en lo que conocemos como el amor cristiano.”
¿Por qué es así? Sigue Edwards: “Dios es amor, y aquel que tiene a Dios habitando en sí por medio de su Espíritu, también tendrá el amor dentro de sí. La naturaleza del Espíritu Santo es amor; y es por comunicarse, en su propia naturaleza, a los santos, que sus corazones se llenan del amor divino. De ahí que los santos sean ¨participantes de la naturaleza divina¨, y que el amor cristiano sea llamado ¨amor del Espíritu¨”. Amigo, ¿ves algo de este amor en tú corazón? ¿Eres consciente de esta nueva vida, de esta gracia divina en tu propio corazón? Si no es así, te ruego que acudas a Cristo, confieses tu pecado, y bebas de la gracia que fluye de la cruz.