Cuando Jesús comenzó su ministerio público un gran debate surgió en torno a su identidad, siendo Jesús muy consciente de toda la controversia en torno a su persona, y de cómo ella pudiera estar afectando a sus discípulos, no dudó lo más mínimo en preguntarles: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16:15). La pregunta que Jesús formula es tan directa que podría parecer por un momento inapropiada, pero dada la vital importancia de su respuesta era exactamente la pregunta que sus discípulos necesitaban recibir en medio de tanta confusión.
Dos mil años después buena parte del mundo sigue sin tener claro quién realmente era Jesús y qué es lo que vino a hacer, pero la pregunta clave no es quién es Jesús para el mundo, sino: ¿Quién es Jesús para ti? Jesús es el Dios encarnado que vino a salvarnos del pecado, el Mesías prometido, el Hijo del Dios viviente. Errar en esta respuesta supone perder el centro del evangelio, la piedra angular de nuestra salvación. ¡Ora para encontrarte a diario con Jesús y conocerle más a cada día como quién realmente la palabra nos muestra, como quién realmente es!