Es de todos sabido que creo firmemente que la salvación no se pierde. ¿Cómo podría perderse algo que nos es otorgado por la sola gracia de Cristo, y que se sostiene por el sólo poder de Dios? La Escritura es clara al afirmar que estamos firmes en la justicia de Jesucristo… Pero, entonces, surge la pregunta: si la salvación no se pierde, ¿es de verdad importante todo este asunto de perseverar hasta el final? ¿Es importante mi perseverancia en la fe? La respuesta es: ¡sí! Es crucial, importantísimo.
Jesús nos advierte una y otra vez que solamente los que perseveren hasta el final serán salvos (Mt.10.22, 24.13; Lc.21.19; Ap.10.13, 14.12); dando a entender con ello que muchos se quedan por el camino. Mi perseverancia es fundamental. Si bien es cierto que el santo persevera, el verdadero creyente llega hasta el final, esto de ninguna manera anula la solemne advertencia a que pongamos todo nuestro empeño en perseverar.
Amigo, si no perseveras, por muy extraordinaria que haya aparentado tu fe hasta el momento, serás condenado. No des tregua a tu corazón. Aliméntate de la Palabra, ora, y lucha contra el pecado, y vive en santidad.