Por Pedro B. Blois
El
cristiano no conoce a Dios si no es en Jesucristo. Él es verdadero
Dios y vida eterna (1
Juan 5.20). Es en la encarnación,
vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo, que conocemos
a Dios. Jesucristo es la Palabra eterna de Dios – quien siempre ha
estado con Dios y es Dios – que se hizo hombre. Los cielos cuentan
la gloria de Jesucristo, las estrellas nos hablan de su grandeza y
poder. Todas las cosas fueron creadas por Él, y Él las sustenta con
la palabra de su poder.
El cristiano sabe que, cual sea el concepto de una
persona acerca de Jesucristo, ese es su concepto de Dios. No
conocemos a un dios en abierto, un dios ambiguo, al dios de las
religiones. Nada de eso. Conocemos al Padre tal y como se ha revelado
en Hijo. Creemos y descansamos firmemente en las palabras del Señor,
cuando dijo: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan
14.6b Ciertamente:
“El que me ha visto a mí, ha visto al
Padre” Juan 14.9.b.