"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba". Hebreos 11:8
¿Has "caminado" alguna vez de esta manera? Si lo has hecho, sabrás que no hay respuesta lógica posible si alguien te pregunta lo que estás haciendo. Una de las preguntas más difíciles de responder en la labor cristiana es: "¿que piensas hacer?" No sabes lo que vas a hacer. Lo único que sabes es que Dios si sabe lo que Él está haciendo. Examina continuamente tu actitud respecto a Dios para ver si estás dispuesto a "caminar" en todas las áreas de tu vida, confiando totalmente en Él. Esta actitud es la que te mantiene en constante expectación porque no sabes lo que Dios hará a renglón seguido. Cada mañana, cuando despiertas, tienes una nueva oportunidad para "ponerte en marcha", edificando tu confianza en Dios. "... No os afanéis por vuestra vida... ni por el cuerpo..." (Lucas 12:22). En otras palabras, no os inquietéis por aquellas cosas que os causaban preocupación antes de "salir".
¿Le has preguntao a Dios qué es lo que piensa hacer? Nunca te lo dirá. Dios no te cuenta sus proyectos, tan solo re revela quién es Él. ¿Crees verdaderamente en un Dios de milagros, que te impulsa a "caminar" en plena obediencia, hasta que no quede en ti capacidad de sorpresa por nada de lo que Él hace?. Ten la seguridad de que Dios es siempre el que tú sabes que es cuando te encuentras más cerca de Él. ¡Piensa en cuan innecesaria e irrespetuosa es la ansiedad! Deja que tu actitud sea una continua buena disposición a "caminar" en dependencia de Dios, y tu vida exhalará un encanto sagrado, indescriptible y muy alto a Jesús. Tienes que aprender a salir a ciegas e ir abandonando en el camino tus propias convicciones, credos o experiencias, hasta que llegues a un punto en tu fe en el que nada se interponga entre tú y Dios.
Libro: Em pos de lo supremo (Oswald Chambers)