lunes, 5 de noviembre de 2012

PALABRAS DE VIDA ETERNA

¿Lo dudabas? El cristiano nunca debiera pensar a hablar livianamente de la incredulidad. A Dios le desagrada mucho que un hijo suyo desconfíe de su amor de su verdad y de su fidelidad. ¿Cómo nos atrevemos a contristarlo, dudando de su gracia que nos sustenta? Cristiano, el que seas olvidado o el que se te deje perecer es contrario a la promesa de la preciosa Palabra de Dios. Si así fuera ¿cómo podría ser verdadero el que dijo: “¿se olvidará la mujer de lo que dio a luz de su entrañas? Aunque se olviden de ellas, yo no me olvidaré de ti”? ¿ que valor tendría la promesa :” los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se quitará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará , dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti? ¿Dónde estaría la verdad de las palabras de Cristo: “ y yo les doy vida eterna, y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que le las dio, mayor que todos es; y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”? ¿Donde estarían las doctrina de la gracia? Serían todas impugnadas sí un solo hijo de Dios pereciera, ¿Dónde estarían la veracidad de Dios, su honor, su poder, su pacto, su juramento, si alguno de aquellos por quienes Cristo murió y que puso en Él su confianza, fuese, no obstante desechado? Aparta de ti estos temores creados por la incredulidad, que tanto deshonran a Dios. Levántate, sacúdete el polvo, y ponte tus vestidos preciosos. Recuerda que es pecado dudar de su Palabra, en la cual te ha prometido que no perecerás jamás. Haz que la vida eterna que hay en ti se manifieste en alegre confianza. Al alma que en Cristo buscare reposo. Ha dicho que nunca la abandonará; Por más que el infierno procure vencerla, Jamás, no, jamás conseguirlo podrá. (SPURGEON)