martes, 31 de julio de 2012

Cantando en medio de la tempestad

En Él se alegrará nuestro corazón (Salmo 33:21)

Es bendito el hecho de que el cristiano puede regocijarse aun en la angustia más profunda. Aunque lo cerque la aflicción, canta; y, a semejanza de muchos pájaros, canta mejor cuando está en una jaula. Quizás lo arrollen las olas, las su alma pronto surgirá y verá la luz del rostro de Dios. Está poseído de un espíritu de alegría que conserva siempre su cabeza sobre el agua, y lo ayuda a cantar en medio de la tempestad: " Cristo está conmigo". ¿A quién se dará la gloria? ¡A Jesús!, pues esta alegría viene de Él. La aflicción no lleva por sí misma, necesariamente, consolación al que cree, pero la presencia del Hijo de Dios en el horno ardiente, donde él está, llena de gozo su corazón. El creyente está enfermo y sufre, pero Jesús lo visita y ablanda su cama. Está agonizando , y las frías aguas del Jordán le van subiendo hasta el cuello, "No temas, amado; morir es ser bienaventurado; las aguas tienen en el cielo su fuente principal.

No son amargas, sino dulces como néctar, pues fluyen del trono de Dios". Cuando el santo que fallece vadea el río, y las olas se agolpan en su derredor, y el corazón y la carne lo abandonan, suena en sus oídos la misma voz: "No temas porque yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios". A medida que se acerque a los umbrales del infinito ignoto, y se sienta casi espantado de entrar en la región de las sombras, Jesús le dice : "No temas, pues al Padre le ha placido darte el reino". Fortalecido y consolado de esta manera, el creyente no teme morir; al contrario, está deseando partir, pues desde que vio a Jesús como la estrella de la mañana, ansía contemplarlo como el sol en su esplendor. En verdad, la presencia de Jesús es todo el cielo que podemos desear.

lunes, 30 de julio de 2012

Boletín



Mirándole, hallamos consuelo y seguridad

Puestos los ojos en Jesus (Hebreos 12:2)

Es siempre obre del Espíritu Santo el apartar nuestros ojos de nosotros mismos para ponernos en Jesus; pero la obre de Satán es diametralmente opuesta a ésta, pues él está continuamente procurando que nos miremos a nosotros mismos en lugar de que miremos a Cristo.
Satán nos dice: " Tus pecados son demasiado grandes para ser perdonados; tú no tienes fe, no experimentas sincero arrepentimiento, no podrás perseverar hasta el fin. Tú no tienes el gozo que tienen sus hijos y eres inconstante". Todas estas consideraciones se dirigen al propio individuo y nosotros nunca hallaremos consuelo o seguridad si miramos allí.

Pero el Espíritu Santo aparta enteramente de allí nuestros ojos. El nos dice que nosotros no somos nada, pero que "Cristo es todo en todos". Recuerda por lo tanto, que no es tu adhesión a Cristo lo que te salva, sino Cristo mismo; no es ni aún tu fe en Cristo (aunque la fe es el medio), es más bien la sangre de Cristo. Por lo tanto, no mires a la mano con la que te tomas de Cristo, sino a Cristo mismo; no mires a tu esperanza, sino a Jesús, la fuente de tu esperanza; no mires a tu fe, sino a Jesús, el autor y consumador de la fe.

Nunca hallaremos felicidad o mirar a nuestras oraciones, a nuestras obras o a nuestros sentimientos. Es lo que Jesús es, no lo que nosotros somos, lo que da descanso al alma. Si queremos vencer en seguida a Satán y tener paz con Dios, tenemos que mirar a Jesús. Pon los ojos únicamente en Él. Que su muerte, sufrimientos, méritos, glorias, y su intercesión se conserven frescos en tu mente. Cuando te despiertes a la mañana,míralo a Él. No permitas que tus esperanzas o tus temores se interpongan entre ti y Jesús.
Síguelo diligentemente y Él nunca te dejará.







Lecturas Matutinas (Spurgeon)

viernes, 27 de julio de 2012

Fiel es Dios para cumplir el deseo de sus siervos

Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.

Salmo 145:19


El mismo Espíritu de Dios ha producido en nosotros este deseo, y, por tanto, lo cumplirá. Su vida en nosotros es la que inspira este clamor, y, por tanto, Él lo oirá. Quienes temen a Dios son aquellos que están piadosamente influidos por Él, y, por lo tanto, su deseo es glorificar a Dios y gozar de su presencia eternamente.

Como Daniel, son hombres de santos deseos y el Señor hará que sus aspiraciones tengan cumplimiento. estos santos deseos son otras tantas gracias en germen, y el celestial jardinero las cultivará hasta que lleguen a sazonar como el grano en la espiga.
Los hombres que temen a Dios desean ser santos, útiles y de bendición para los demás, y con ello glorifican al Señor. Reclaman su ayuda en sus necesidades, piden fuerzas para sobrellevar la carga, consejo en sus perplejidades y liberación en sus congojas.

A veces este deseo es tan intenso y su angustia tan apremiante que, en medio de su agonía, claman como los pequeñuelos en su dolor, y el Señor obra compasivamente y según su promesa «los salvará».
En efecto, si tememos a Dios, nada hemos de temer; si clamamos al Señor, segura será nuestra salvación. Amado lector: pon este versículo en tus labios y guárdalo en tu boca todo el día, y te será como «hojuelas
con miel».

jueves, 26 de julio de 2012

No desfallezcan vuestras manos

Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; pues hay recompensa para vuestra obra. 2 Crónicas 15:7



Grandes cosas hizo Dios por el rey Asa y por Judá; sin embargo, era un pueblo débil.
Sus pies vacilaban en el camino del Señor, y sus corazones andaban indecisos.
Necesitaban saber que el Eterno estaría con ellos mientras se mantuvieran fieles en su servicio; mas si ellos le abandonaban, serían por Él abandonados.

Del mismo modo fue menester recordar a su vecino reino de Israel cuánto mal les resultó de su rebelión, y cuán bondadoso se les mostró cuando se arrepintieron.
El propósito de Dios era confirmarles en su camino y fortalecerles en la justicia. Dios merece que le sirvamos con toda la energía de que somos capaces.
El servicio de Dios es digno de cualquier sacrificio. Si lo hacemos con diligencia y decisión, encontraremos en la obra del Señor la más rica recompensa.

Nuestro trabajo en el Señor no es vano, lo sabemos perfectamente. El trabajo realizado sin esfuerzos, no nos proporcionará beneficio alguno; mas cuando se lleva a cabo con entereza, prosperará. Este versículo fue el mensaje que recibió el autor en un día de terrible y pavorosa tormenta, y le decidió a forzar el vapor para poder llegar con toda seguridad al puerto con una carga gloriosa.


Banco de Cheques (Spurgeon)

miércoles, 25 de julio de 2012

Vuelve al Todopoderoso y serás restaurado

"Si vuelves al Todopoderoso, serás restaurado, si alejas de tu tienda la injusticia"
Job 22:23 (Biblia de las Américas)

Al expresarse así Eliphaz dijo una gran verdad que compendia muchas verdades de la Palabra de Dios. Lector, ¿has sucumbido al pecado? ¿Te has convertido en una verdadera ruina? ¿De tal manera ha caído sobre ti la mano del Señor, de suerte que te veas empobrecido y sin fuerzas? ¿Acaso no fue tu propia locura la que te acarreó tantos perjuicios? En este
caso, lo primero que has de hacer es volverte a tu Señor. Retorna de tu apostasía por medio del arrepentimiento y una fe sincera. Ese es tu deber, porque te has apartado de Aquél a quien prometiste servir. Si posees la verdadera sabiduría, has de comprender que es un desatino luchar contra Él y salir aventajado.

Además, es una necesidad perentoria porque todo cuanto Él ha hecho no puede compararse con el castigo que puede enviarte, siendo como es omnipotente para castigar. He ahí su promesa: «Serás edificado». Sólo el Omnipotente puede levantar las columnas caídas y restaurar
los muros vacilantes de tu ser moral. Y puede hacerlo y seguramente lo hará si tornares a Él. No tardes. Si perseveras en tu rebelión, tu mente acabará por trastornarse del todo. Una confesión sincera te aliviará, y una fe humilde te consolará. Hazlo
así, y todo irá bien.


Banco de Cheques (Spurgeon)

martes, 24 de julio de 2012

Campamento de Jovenes "Rompiendo Fortalezas" 2012

SALMO 41

1.Dichoso el que piensa en el débil;
el Señor lo librará en el día de la desgracia.
2 El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida;
lo hará dichoso en la tierra
y no lo entregará al capricho de sus adversarios.
3 El Señor lo confortará cuando esté enfermo;
lo alentará en el lecho del dolor.
4 Yo he dicho:
«Señor, compadécete de mí;
sáname, pues contra ti he pecado.»
5 Con saña dicen de mí mis enemigos:
«¿Cuándo se morirá?
¿Cuándo pasará al olvido?»
6 Si vienen a verme, no son sinceros;
recogen calumnias y salen a contarlas.
7 Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí;
me hacen responsable de mi mal. Dicen:
8 «Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio;
de esa cama no volverá a levantarse.»
9 Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba
y que compartía el pan conmigo,
me ha puesto la zancadilla.
10 Pero tú, Señor, compadécete de mí;
haz que vuelva a levantarme
para darles su merecido.
11 En esto sabré que te he agradado:
en que mi enemigo no triunfe sobre mí.
12 Por mi integridad habrás de sostenerme,
y en tu presencia me mantendrás para siempre.
13 Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
por los siglos de los siglos.
Amén y amén.

(Nueva Version Internacional)

Bienaventurados los que piensan en los más débiles

" Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia."
Salmo 41:1(NVI)


Obligación de todo cristiano es pensar en los pobres y tener un corazón compasivo para con ellos. Jesús los puso al lado nuestro, entre nosotros, cuando dijo: «A los pobres
siempre los tenéis con vosotros». Muchos dan limosna a los pobres de prisa para desentenderse de ellos; otros muchísimos no les dan nada. La promesa ha sido hecha para aquellos que se interesan por los pobres, examinan sus necesidades, piensan en los medios de socorrerles
y juiciosamente los ejecutan. Mucho más podemos hacer con nuestros cuidados, con nuestra delicada solicitud que con el dinero, y más todavía con ambas cosas a la vez.

El Señor promete su bienaventuranza, en los días de apuro, a quienes piensan en los pobres. Él nos librará de nuestra pena si ayudamos a los demás a salir de ella, y nosotros recibiremos una ayuda providencial muy grande si el Señor ve cómo procuramos nosotros proveer a los demás. Por muy generosos que seamos, tendremos días malos; mas si somos benévolos, podremos reclamar del Señor un socorro especial y directo, porque Él ha empeñado su palabra y no podrá negarla. El avaro se preocupa de sí mismo; empero el Señor favorece al creyente compasivo y generoso. Como hayáis tratado a los demás, así hará el Señor
con vosotros. Vaciad vuestros bolsillos.


Banco de Cheques (Spurgeon)

lunes, 23 de julio de 2012

Fuentes en la afliccion, pues El nos ha escogido

“Te he escogido en horno de aflicción”. Isaías 48:10


CONSUÉLATE, probado creyente, con este pensamiento: Dios dice: “Te he escogido en horno de aflicción”. ¿No viene a nosotros esta palabra como una tenue lluvia que mitiga los ardores de la llama? ¿No es como una coraza de asbesto contra la cual el fuego no tiene poder? Que venga la aflicción: Dios me ha escogido. Pobreza, puedes golpear a mi puerta; Dios ya está dentro de mi casa y me ha escogido. Enfermedad, puedes entrar; ya tengo el bálsamo: Dios me ha escogido. Cualquier cosa que me acontezca en este valle de lágrimas, yo sé que él me ha escogido. Creyente, si tú buscas un consuelo aun mayor recuerda que tú tienes al Hijo del Hombre contigo en el horno. En tu solitaria habitación se sienta uno junto a ti, a quien no has visto, pero a quien amas; y quien frecuentemente, cuando tú ni te das cuenta de ello, hace blanda tu cama y suave tu almohada. Tú te hallas en pobreza, es cierto, pero el Señor de vida y gloria es en tu desolado hogar un asiduo visitador. A él le agrada ir a esos lugares solitarios para visitarte. Tu amigo se pone junto a ti muy estrechamente. No puedes verle, es cierto; pero puedes sentir el apretón de sus manos. ¿No oyes su voz? Aun en el valle de la sombra de la muerte te dice: “No temas que yo soy contigo; no desmayes que yo soy tu Dios”. Recuerda aquella noble palabra de César: “No temas, tú llevas a César y toda su fortuna”. No temas, cristiano: Jesús está contigo. En todas tus ardientes pruebas su presencia es tu consuelo y tu seguridad. El nunca dejará a uno que ha escogido para sí. “No temas que yo soy contigo” es la segura palabra de promesa a sus escogidos que están en el “horno de la aflicción”.


Lecturas Matutinas (Spurgeon)

Boletín



lunes, 16 de julio de 2012

LA ORACION: VERDADERO PODER

Levantemos nuestra mirada a lo alto y dejemos que broten las lágrimas. Oh, Señor, Tú nos has dado un arma poderosa y nosotros la hemos dejado enmohecer. Nos has dado algo tan poderoso como tú mismo, y hemos permitido que esté adormecido. Qué hemos de decir de nosotros cuando Dios nos ha dado poder en la oración –poder incomparable lleno de bendiciones para nosotros, e infinitas misericordias para otros- y tal poder sigue dormido. Has dado a tu pueblo un regalo mejor que el sol, el viento, o la vida y lo tenemos ahí, sin darle el uso debido.

Casi llegamos a olvidar que lo podemos usar. ¡Llora, creyente! Hemos sido derrotados y nuestra bandera yace en el polvo deshonrada por que no hemos orado. Vuelva donde su Dios y confiese que usted se enroló en filas y juró bandera, pero dio la espalda el día de la batalla. Su Espíritu no ha sido conmovido. ¡Despierte! Despierte y asómbrese: usted ha descuidado la oración. Como Jacob, luche con su Dios y la bendición vendrá: la lluvia temprana y la lluvia tardía de su bendición y la tierra producirá a plenitud y todas las naciones lo bendecirán.

Lo desafío a que trate de agotar la generosidad del Maestro

Una vez más levante la vista y regocíjese. Usted no ha buscado el rostro divino pero Dios sigue clamando: “busca mi rostro” (Salmo 27:8 RVR). ¡Qué bendición más grande es que nuestro Maestro en los cielos está siempre listo a oírnos ¡ Que cada vena de su corazón rebose con la rica sangre del deseo, y luche y contienda con Dios empleando sus promesas e invocando sus atributos, y vea si Él no le concede los deseos de su corazón. Lo desafío a que en oración trate de agotar la generosidad del Maestro. Crea que Él es más de lo que es actualmente para usted. Abra su boca de tal manera que Dios no pueda llenarla. ¿Cree que eso es posible? Acérquese a Él ahora en procura de más fe de la que garantizan las promesas. Aventúrese, arriésguese a deshacer lo eterno, si esto es posible. Crea, y vea si creyendo en Dios no lo bendice abundantemente con la uncion del Espíritu Santo mediante la cual usted será fuerte en la oración. El Señor lo escuchara y usted orará como un príncipe conquistador.

Spurgeon

Boletín



viernes, 13 de julio de 2012

Servirle a Dios de corazón




Y yo dije: ¡Ah!, ¡ah, Señor ! He aquí no sé hablar, porque yo soy niño. Y me dijo El Señor: No digas soy un niño, porque a todo lo que te envíe irás tú y dirás todo lo que te mande.
Jeremías 1:6-7.

Jeremías era joven y se espantó cuando Dios le confió una misión difícil.

Mas el Señor, que le envió, no admitía esta excusa: «Soy niño».
Debía olvidar lo que en sí mismo era para fijarse únicamente en que era el escogido para hablar en lugar de Dios
No tenía que inventar el mensaje, ni elegir a los oyentes, sino comunicar lo que Dios le ordenaba y hablar en el lugar que Dios le señalaba, y esto lo haría con una fortaleza que no era suya.

¿No es por ventura este el caso de algún predicador o joven evangelista que lee estas líneas?
Dios sabe que eres joven, cuán mezquinos son tus conocimientos y experiencia; pero si Él te llama, no te pertenece a ti negarte a su divino llamamiento.

- Dios será glorificado en tu pequeñez.
- Aun cuando fueras más viejo que Matusalén, ¿de qué te servirán tus muchos años?
- Si fueras tan sabio como Salomón, tal vez te extraviarías como él.
- Cíñete a tu mensaje, y en esto consistirá tu sabiduría.
- Sigue tu orden de marcha y en eso consistirá tu prudencia.

Hoy se que nada me impedirá servir al Señor, Ni la edad, ni me educación ni mis problemas que pueden rodearme.
Señor, Gracias por darme la oportunidad de servirte y si tu me llamas , tú me capacitas. Hoy lo que anhelo más es ser obediente a ti. En el Nombre De Jesús. Amén.

Charles Spurgeon.
Libro De Cheques del Banco De La Fe.

miércoles, 11 de julio de 2012

LAS BIENAVENTURANZAS

Viendo la Multitud subió al monte y sentándose, vinieron a él sus discipulos. Y abriendo su boca les enseñada diciendo: "Bienaventurados los Pobres en espiritu porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros,mintiendo. »Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros. Mateo 5:1:12

La primera palabra del clásico sermón grandioso de nuestro Señor es "Bienaventurados." No habrán dejado de percibir que la última palabra del Antiguo Testamento es "maldición," y es muy sugestivo que el primer sermón del ministerio de nuestro Señor, comience con la palabra "BIENAVENTURADOS." Tampoco comenzó Él de esa manera para luego cambiar de inmediato Su modo de hablar, pues nueve veces salió de Sus labios, en rápida sucesión, esa palabra encantadora. Se ha dicho muy correctamente que la enseñanza de Cristo puede resumirse en dos palabras: "Creed," y "Bienaventurados."

Las Bienaventuranzas que tenemos ante nosotros, que se relacionan con el carácter, son siete; la octava es una bendición para las personas descritas en las siete Bienaventuranzas, en los casos en que su excelencia ha provocado la hostilidad de los inicuos; por tanto, puede ser considerada como una confirmación y un resumen de las siete bendiciones que la preceden. Pensando que la octava es un resumen, consideramos que son siete las Bienaventuranzas, y así nos referiremos a ellas.

Todas las siete describen un carácter perfecto, y constituyen una perfecta bendición. Las siete Bienaventuranzas señalan una caída en la humillación y una creciente exaltación. No están únicamente colocadas una sobre otra, sino que brotan la una de la otra, como si cada una dependiese de todas las que le precedieron. Cada crecimiento alimenta un mayor crecimiento, y la séptima Bienaventuranza es el producto de todas las otras seis. "Bienaventurados los que lloran" surge de "Bienaventurados los pobres en espíritu." ¿Por qué lloran? Lloran porque son "pobres en espíritu." "Bienaventurados los mansos" es una bendición que ningún hombre alcanza mientras no haya sentido su pobreza espiritual, y no haya llorado por ella. "Bienaventurados los misericordiosos" sigue a la bendición de los que son mansos, porque los hombres no adquieren el espíritu de perdón, de simpatía y de misericordia mientras no hayan sido hechos mansos al experimentar las dos primeras bendiciones. Este mismo ascenso y esta misma procedencia pueden ser vistos en las siete Bienaventuranzas. Las piedras son colocadas una sobre otra en hermosos colores, y son bruñidas semejando un palacio; todas son una secuela natural y una consumación, la una de la otra, como lo fueron los siete días de la primera semana del mundo. Noten con deleite, también, que la bienaventuranza está en todos los casos en el tiempo presente, una felicidad que debe ser gozada y disfrutada ahora. No es "Bienaventurados SERÁN," sino "Bienaventurados SON.”

Las siete Bienaventuranzas que componen este ascenso celestial a la casa del Señor, conducen a los creyentes a una elevada meseta en la que habitarán confiados, y no serán contados entre las naciones; su santa separación del mundo atraerá sobre ellos persecución por causa de la justicia, pero no pierden su felicidad, sino que más bien crece, y es confirmada por la doble repetición de la bendición. El odio del hombre no despoja al santo del amor de Dios; inclusive los detractores contribuyen a su bendición. ¿Quién de nosotros se avergonzará de la cruz que debe acompañar esa corona de misericordia y piedades? Independientemente de lo que puedan involucrar las maldiciones del hombre, son un inconveniente tan pequeño ante la conciencia de ser bendecido siete veces más por el Señor, que no son dignas de ser comparadas con la gracia ya revelada en nosotros.


(Spurgeon)

martes, 10 de julio de 2012

La Infinita sed del ser

¿ Acaso existe alguien que verdaderamente me escuche ?


Como pocas inquietudes, esta manifiesta claramente el sentir de nuestro corazón. Al fin de cuentas, ¿ alguién piensa sinceramente en mí ? El novelista francés Victor Hugo dijo: "El infierno todo está en esta palabra: soledad". pero peor aún, la soledad que inflama cual fuego el alma humana es mucho más profunda de lo que jamás podríamos haber imaginado. Ni siquiera mil hombres y mujeres que dieran su tiempo y atención podrían satisfacer tan terrible mal. El problema fundamental de nuestra soledad reside en que hemos sido creados para Dios y sólo en Él dicha soledad será acallada. Cuando Jesucristo derramó su sangre en la Cruz del Calvario, lo hizo para que el pecado que nos separa de Dios sea vindicado, y su misericordia sea derramada en nuestras vidas. Amigo, sí, hay alguien que escucha, sí, hay alguien que piensa en ti.
Como lo dice célebremente en su conocida frase el teólogo San Agustín de Hipona:" Dios nos hizo para Él, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Él." Te llamo a que te arrepientas del pecado que es vivir independiente de Dios, y que aceptes lo que Él hizo por ti através de la muerte de Jesús en la Cruz.

Por Pedro Blois

Redimidos de pecado por Su Sangre

Sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Hebreos 9:22


Esta es la voz de la verdad inalterable. En ninguna ceremonia judía -aun típicamente considerada- se hacía remisión de pecados sin derramamiento de sangre. En ningún caso y por ningún medio puede el pecador ser perdonado sin expiación. No hay para mí esperanza fuera de Cristo, pues no hay otro derramamiento de sangre que sea considerado como expiación por el pecado. ¿Estoy yo creyendo en Él? ¿Es realmente aplicada a mi alma la sangre de su expiación? En cuanto a la necesidad que tienen de Cristo, todos los hombres están en el mismo nivel. Por más morales, generosos, amantes y patriotas que seamos, esta regla no será alterada por hacer para nosotros una excepción. El pecado no cede a nada que sea menos potente que la sangre de Aquel a quien Dios envió como propiciación. ¡Qué bendición que haya un medio de perdón!

¿Por qué buscar otro? Los que profesan un religión meramente formal, no se explican cómo podemos regocijarnos de que todos nuestros pecados han sido perdonados por Cristo. Sus obras, rezos y ceremoniales les dan un consuelo muy pobre; bien pueden estar intranquilos, pues menosprecian la grande salvación y se empeñan en conseguir sin sangre la remisión. Alma mía, siéntate y contempla la justicia de Dios, que se ve obligada a castigar el pecado. Mira todo ese castigo infligido a tu Señor, humilde arrodíllate y besa los queridos pies de Aquel qe hizo expiación por ti. No vale nada, cuando la conciencia está despierta, recurrir, para hallar consuelo, a sentimientos y evidencias; es este un hábito que aprendimos en el Egipto de nuestra legal esclavitud.

Lo único que restaura a una conciencia convicta de pecado es la visión de Cristo en la cruz. «La sangre es la vida de ella», dice la ley levítica. Estemos seguros de que la sangre es la vida de la fe, del gozo y de todas las otras santas gracias.




Lecturas Matutinas (Spurgeon)

lunes, 9 de julio de 2012

LA ORACION PODEROSA PREVALECERA

Pero tú eres Santo, tú eres rey, Tú eres la alabanza de Israel. Salmo 22:3


Jamás acepte la tentación de darse por vencido, dejarse vencer por el desánimo o abandonar su única esperanza. Bajo ninguna posible circunstancia le dé lugar al negro pensamiento de que Dios no es veraz, ni fiel a sus promesas. Aunque una de sus oraciones permanezca sin respuesta durante días, años, no obstante dígale al Señor “Tú eres Santo, Tú eres Rey”, Fije eso bien en su mente. Nunca permita que la más tenue brizna de sospecha o duda manche la honra del Altísimo, porque El jamás lo permite. El es verdadero. El es fiel.

Nunca cese de orar. Ningún tiempo es malo para la oración. Que los destellos de la luz del día no lo tienten a dejar de orar, ni las tinieblas de la media noche lo inciten a cesar su clamor Uno de los principales objetivos de Satanás es lograr que el creyente deseche el arma de la oración. Satanás sabe que mientras nos mantengamos clamando al Altísimo, él no puede devorar ni al más pequeño cordero de la manada. La oración, la oración poderosa, prevalecerá si se le da suficiente tiempo.

Que su fe sean tan resuelta y atrevida que renuncie a cualquier otra dependencia que tenga de cualquier otra cosa y lugar, que no sea de Dios, y que su clamor crezca más y más y sea cada día más vehemente. No es el primer toque en la puerta de misericordia el que logra abrirla. Quien quiere prevalecer tiene que agarrar bien el aldabón y golpear una, otra vez, y muchas veces. Como bien lo dijo el viejo puritano: “Las oraciones frías esperan una negativa, pero las oraciones candentes al rojo vivo, prevalecen”. Haga que sus oraciones sean como un antiguo ariete golpeando contra la puerta de los cielos. Como si fuera un ejército, la totalidad de su alma debe entrar en el conflicto y debe sitiar el trono de la misericordia divina con la determinación de ganar y entonces si prevalecerá. Si ocurren demoras tómelas como un buen aviso o advertencia para ser más firme en su fe y más ferviente en su clamor.


(Spurgeon)

viernes, 6 de julio de 2012

Por sus llagas fuimos nosotros curados

Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos
Mateo 12:15


¡ Cuantas enfermedades espantosas eran presentadas a Jesús!. Sin embargo, El no se enfadaba, sino que atendía pacientemente a cada enfermo. ¡ Que variedad singular de males se junto a sus pies! ¡Que repugnantes úlceras y qué putrefactas llagas!. Sin embargo , Jesús estaba pronto para hacer frente a toda nueva manifestación del monstruo del mal , y siempre solía victorioso. Vinieron de donde vinieran los dardos de fuego, él siempre los apagaba. El calor de la fiebre o el frío de la hidropesía, el letargo de la parálisis o la furia dela locura, la inmundicia de la lepra y la oscuridad de la oftalmia , todos conocieron su poder y sus ordenes salían. En todo lugar Jesús salía victorioso sobre el mal y recibía el homenaje de los cautivos libertados. El vino, vio y conquistó en todo lugar. Y esta mañana es lo mismo .
Cualquiera sea mi mal, el médico amado puede sanarme, y cualquiera sea el estado de lo que puede recordar en oración esta mañana, puedo confiar en que Jesús los sanará de sus pecados. Mi hijo, mi amigo, mis seres más queridos, por todos puedo esperar cuando recuerdo el poder sanador de mi Señor, y en cuanto a mi, aunque dura es la lucha que tengo con los pecados y las enfermedades, puedo , no obstante, estar de buen ánimo.
El que sobre la tierra atendió las hospitales, dispensa aún su gracia y obra maravillas entre lo hijos de los hombres. Voy a Él raudo. Lo alabo esta mañana al recordar cómo obró sus curas espirituales, que le dieron tanto renombre. Recordemos que lo hizo "llevando nuestras enfermedades" "Por sus llagas fuimos nosotros curados". La iglesia que está en la tierra está en la tierra está llena de almas sanadas por nuestro Médico Amado, y de los habitantes del cielo mismo confiesan que Él los sanó a todos.
Ven , alma mía , publica las virtudes de su gracia , y haz que sean a "Jehova por nombre, por señal eterna que nunca será raída"




Libro: Lecturas Matutinas (Spurgeon)

miércoles, 4 de julio de 2012

Obediencia omnipotene

Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por lo que padeció. Hebreos 5:8


Se nos dice que el autor de nuestra salvación se hizo consumado por las aflicciones, de modo que nosotros, que somos pecadores, que estamos lejos de ser perfectos, no debemos admirarnos si somos llamados a padecer. ¿Ha de ser la cabeza coronada con espinas mientras los otos miembros se merecen el delicado regazo de la comodidad? ¿Tiene Cristo que cruzar los mares de su propia sangre para ganar la corona, mientras nosotros marchamos al cielo a pie enjuto con chinelas de plata? No, la experiencia de nuestro Maestro nos enseña que el sufrimiento es necesario y que el genuino hijo de Dios no debe eludir ni desear eludirlo aunque pueda.

Hay un pensamiento muy confortable en el hecho de que Cristo fue "consumado por aflicciones" : y es que El puede simpatizar con nosotros. "No tenemos un pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas." En esta simpatía de Cristo hallamos un poder sustentador. Uno de los primeros mártires dijo: "puedo soportar todo porque Cristo sufrió y ahora sufre en mi. El simpatiza conmigo y esto me fortalece."

Creyente, echa mano de este pensamiento en todos los tiempos de agonía. Que el recuerdo de Jesús te fortalezca mientras marchas en sus pasos encuentras en su simpatía cariñoso apoyo y recuerdo que es honroso sufrir , sufrir por Cristo es gloria. Los apóstoles se gozaron de que fueron tenidos dignos de padecer.
El Señor nos honra para sufrir por Cristo y sufrir con Cristo. Las insignias de los reyes a quienes Dios ha ungido son sus aflicciones, sus tristezas y penas. No rehuyamos pues, ser honrados. No nos privemos de ser exaltados. Las penas nos exaltan, las aflicciones nos elevan. "Si sufrimos, también, reinaremos con El".





Libro: Lecturas Matutinas (Spurgeon)

martes, 3 de julio de 2012

Consolación a medida de la prueba

Porque de tal manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así también por el mismo Cristo nuestra consolación. 2Corintios 1:5




Aquí hay una bendita proposición. El gobernador de Providencia, lleva una balanza. En un platillo pone las pruebas de su pueblo, en el otro sus consolaciones. Cuando el platillo de la prueba está casi vacío, el de la consolación se halla casi en el mismo estado. Y cuando el platillo de la prueba esta lleno , el de la consolación se halla en la misma condición. Cuando se amontonan las negras nubes es cuando más claramente se acerca la tormenta, el Capitan Celestial está más cerca de la tripulación.
¡ Verdad bendita ésta: cuando estábamos abatidos es cuando nos sentimos más aliviados por las consolaciones del Espíritu!
Una de las razones de esto estriba en que ls prueba hacen más lugar para la consolación.
Los grandes corazones solo se hacen en las grandes pruebas. La azada de la aflicción ahonda el pozo del consuelo y hace un lugar más espacioso para la consolación. Dios viene a nuestro corazón y lo halla lleno. Rompe nuestras comodidades y lo vacía, entonces hay más lugar para la gracia.
Cuanto más humillado esta un hombre, tanto más consuelo tendrá, pues estará en mejores condiciones para recibirlo. Otra razón por la que somos más felices en nuestra prueba es ésta: tenemos una comunión más intima con Dios. Cuando el granero esta lleno, el hombre puede vivir sin Dios. Cuando el bolsillo rebosa de oro, estamos tentados a vivir sin mucha oración.
Pero cuando se secan nuestras calabazas, entonces sentimos necesidad de nuestro Dios, cuando los ídolos de nuestra casa son quitados, entonces nos sentimos constreñidos a adorar a Dios.
No hay mejor clamor que el que viene de las partes bajas de las montañas y no hay mejor oración que tenga ni la mitad de fervor que tiene la que sale de las profundidades del alma, a través de intensas pruebas y aflicciones.



Libro: Lecturas Matutinas (Spurgeon)

lunes, 2 de julio de 2012

¿Proseguirás aunque no sepas?

"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba". Hebreos 11:8


¿Has "caminado" alguna vez de esta manera? Si lo has hecho, sabrás que no hay respuesta lógica posible si alguien te pregunta lo que estás haciendo. Una de las preguntas más difíciles de responder en la labor cristiana es: "¿que piensas hacer?" No sabes lo que vas a hacer. Lo único que sabes es que Dios si sabe lo que Él está haciendo. Examina continuamente tu actitud respecto a Dios para ver si estás dispuesto a "caminar" en todas las áreas de tu vida, confiando totalmente en Él. Esta actitud es la que te mantiene en constante expectación porque no sabes lo que Dios hará a renglón seguido. Cada mañana, cuando despiertas, tienes una nueva oportunidad para "ponerte en marcha", edificando tu confianza en Dios. "... No os afanéis por vuestra vida... ni por el cuerpo..." (Lucas 12:22). En otras palabras, no os inquietéis por aquellas cosas que os causaban preocupación antes de "salir".

¿Le has preguntao a Dios qué es lo que piensa hacer? Nunca te lo dirá. Dios no te cuenta sus proyectos, tan solo re revela quién es Él. ¿Crees verdaderamente en un Dios de milagros, que te impulsa a "caminar" en plena obediencia, hasta que no quede en ti capacidad de sorpresa por nada de lo que Él hace?. Ten la seguridad de que Dios es siempre el que tú sabes que es cuando te encuentras más cerca de Él. ¡Piensa en cuan innecesaria e irrespetuosa es la ansiedad! Deja que tu actitud sea una continua buena disposición a "caminar" en dependencia de Dios, y tu vida exhalará un encanto sagrado, indescriptible y muy alto a Jesús. Tienes que aprender a salir a ciegas e ir abandonando en el camino tus propias convicciones, credos o experiencias, hasta que llegues a un punto en tu fe en el que nada se interponga entre tú y Dios.



Libro: Em pos de lo supremo (Oswald Chambers)